La crisis fiscal y académica del Departamento de Educación de Puerto Rico no es culpa de los directores escolares, de los maestros ni de nadie de la comunidad escolar. Los responsables han sido las administraciones de turno que le han permitido a los Mercaderes de la Educación el saqueo de los fondos federales, destruyendo la calidad de la educación y del propio Departamento. Las víctimas de este fraude pagan injustamente: los estudiantes y los maestros. Todo ello ocurre gracias al desastre dejado por el cartel de la educación. La evidencia de lo anterior es la reciente sindicatura y la congelación de los fondos federales que pone el futuro del Departamento de Educación en una encrucijada. De no cumplir con las exigencias del Departamento de Educación Federal, está en juego la educación pública de Puerto Rico y la base de desarrollo económico del país. Esto nos afectará a todos.